domingo, 29 de noviembre de 2009

El Arte y el Marketing.



Surgen mis lágrimas;
tibio y suave ambiente aleja lo aterido de mi corazón
y veo a lo lejos cuanto tengo y no tardaré en poseer
una vez más todo lo que huyó de mí.


J. W. Goethe - Fausto.

Intro



Como le decía a una chica por messenger mientras trataba de que me diera pelota:


"- (el arte) Es todo prefabricado en cierta medida.

Mucha gente "trabaja" de artista

Y el verdadero arte debería ser una necesidad des artista, tan ineludible como para todos lo es respirar

Esta bueno que ganen plata para vivir, pero a veces se hacen las cosas para cobrar y se pierde el verdadero sentido. En eso radica también el talento de mucha gente que crea y crea y crea por reflejo, yo no creo que stephen king tenga muchas cosas nuevas que decirle al mundo

Pero tiene éxito y la gente se logra emocionar con sus obras. Hasta donde el arte se cruza en el camino del marketing yo lo veo borroso"


Ella en ese mismo momento se desconecto y me dejo hablando pavadas, el corazón me soltó una puteadita por haberlo hecho emocionar, en realidad yo debería enojarme con él, pero esa es otra historia.

No obstante esta pequeña charla (que en la parte reproducida parece más bien un monologo, pero yo aseguro haber recibido respuestas de la deseada niña en momentos anteriores si bien no cuento con más pruebas que mi célebremente fallida memoria) me dejo con la idea de analizar hasta donde el arte se cruza con el negocio.

El arte y el Márquetin



No es un ensayo formal y no me interesa discutir que entendemos por arte. Si es en términos generales la actividad o producto en los que el ser humano expresa ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, a través de diversos recursos; como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos estamos cagados. Eso puede ser lo que indica el diccionario, pero la magia que hay detrás de toda obra de arte autentica escapa a definiciones.


Qué pasa con el artista, el artista es un alma sensible que no soporta la fuerza con que sus emociones la golpean y tiene que dejarlas escapar de alguna manera. Muchos artistas, mayoritariamente escritores y músicos de rock, usan su arte para expresar su descontento contra las injusticias sociales, pero a mí me suenan mas a pastores proselitistas que a artistas. Reconozco que hay mucha diferencia entre los unos y los otros y ninguna similaridad le resta merito artístico a estas obras, solo las menciono porque hay otro tipo de motivo menos altruista que impulsa a cierta parte de la comunidad artística (una gran parte).


El artista que "trabaja" de artista. Qué hacemos con este animal?


Cuando el cine, el teatro o (¡Por Dios!) la música se transforma en un producto comercial que solo reclama ser adquirido. Cuando una persona de gran talento (no neguemos los hechos) se dedica a usufructuar su capacidad para transmitir. Que pasa en ese momento?

El arte debería ser limpio, debería ser lo último que el humano mancillara con su codicia. Pero sin embargo, el producto se enlata, se empaqueta y se vende en supermercado. Cuantos artistas que pasan hambre estarían felices de poder vender algo, no se los quiero recriminar, creo que deberían poder vivir de su arte. Pero en caso del que trabaja de artista, que diferencia hay entre eso y trabajar de otra cosa?

Que es un laburo respetable no lo discuto, como tampoco discuto el talento de estos artistas del negocio, pero que es lo que recibe el comprador?


Yo veo a muchas gente que no se emociona con casi ninguna forma de arte, no lloran al escuchar música (muchas veces ni le prestan atención, hablan o hacen otras cosas mientras la música suena), no ríen en voz alta al leer un libro, no les interesa ver una película mas que por pasar el rato. Afirmo que esta falta de receptores de emoción se debe a la falta de oferta emocional, va metiéndose en nuestros genes y de a poco vamos evolucionando en organismos desemocionados. Por más que yo le haga escuchar el lado oscuro de la luna a alguien que durante toda su vida solo compro los discos de chayanne, no voy a lograr que se conmueva con la pequeñez del hombre ante el paso del tiempo y la inevitable muerte. No voy a lograr que alguien que va al cine solo a ver las películas de dibu, que se maraville ante la escena del hombre que juega a los naipes con la muerte en un film de bergman, por más que se lo intentara explicar. Llega un momento en que lo único que parece importante es lo fácilmente digerible y es lo contrario al arte, un artista no se expresa criando ovejas en un pueblo donde todos son pastores; el artista haría algo revolucionario, jamás seguiría la corriente.


Tratemos de huir un poco de lo enlatado, todos tenemos el cerebro lavado, quizá hasta tal punto que disfrutamos viendo TERMINATOR aun cuando sabemos que es solo una película vacía para ganar fortunas. No dejemos de disfrutar esas obras de supermercado, pero usémoslas de trampolín, abramos la mente y tratemos de encontrar las otras obras, las del alma sensible, y aprendamos o reaprendamos a disfrutarlas. Tratemos de que nuestros genes evolucionen para el lado del arte, si algo hace que la humanidad merezca la vida que parece tener, es la forma en que la entiende y la siente. La ciencia y el arte no son opuestos en esto sino hermanos, el márquetin y la política son la amenaza.